En esta ocasión traigo a este, nuestro querido blog, una monografía con recomendaciones sobre lo que no hay que hacer en radiología, tanto para el beneficio del paciente, como para el radiólogo, que tendrá así menos que informar.
Se trata de una serie de recomendaciones por parte de un panel de expertos, acerca de aquellas indicaciones que ya han dejado de serlas.
A modo de introducción, dejo el resumen que se puede leer en la publicación:
El desarrollo de este documento tiene como
objeto describir una serie de recomendaciones de exploraciones radiológicas que
no deberían hacerse, dirigidas a médicos prescriptores,
radiólogos y pacientes.
Se deberían promover desde los Servicios de
Radiología, como buenas prácticas radiológicas, en colaboración y con el
consenso del resto de especialidades que solicitan las distintas pruebas de
imagen, para la prevención, diagnóstico y seguimiento de las enfermedades.
Estas recomendaciones buscan disminuir el
uso de aquellas técnicas obsoletas, de dudosa eficacia y utilidad. Son especialmente
importantes en Radiología, especialidad en rápida evolución y en la que
constantemente aparecen nuevas técnicas que pueden despertar mayores
expectativas. Sin embargo, deberían hacerse solo las pruebas en las que se haya
demostrado su utilidad y especialmente aquéllas en las que se reduzcan las
dosis de irradiación sobre los pacientes y las que, por su menor coste y eficacia,
incidan en la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. Otro objetivo
fundamental es mejorar la calidad y la seguridad en el paciente, por una parte
buscando las alternativas menos agresivas y por otra evitando la cascada de
pruebas diagnósticas que puede acarrear la realización de pruebas innecesarias.
En este contexto, esta campaña se alinea
con otras desarrolladas por diferentes Sociedades Científicas a nivel
internacional, como “Image Gently” (que busca la disminución de irradiación en
pacientes pediátricos), “Image Wisely” (cuyo objetivo es mejorar la adecuación
de pruebas), “EuroSafe” (campaña europea centrada en la disminución de la irradiación
de la población), etc. Estas recomendaciones deben hacerse con la participación
de los pacientes, a quienes hay que ofrecer una información clara y veraz sobre
lo que se espera obtener de las pruebas, el balance riesgo- beneficio, su
alcance y resultados, con actualizaciones sobre la evidencia científica que las
sustenta.
En un gran número de casos se contará con
su consentimiento informado, que será oral o escrito según el tipo de prueba y siguiendo
las indicaciones de la Ley
de Autonomía del Paciente.
En cualquier caso, los profesionales de la Radiología debemos
aspirar a estar más visibles en nuestras actividades, de forma que los
radiólogos acabemos convirtiéndonos en un referente para los pacientes, en
alguien accesible al que puedan consultar todos los problemas que les surjan relacionados
con las pruebas de diagnóstico por la imagen. Este documento debería difundirse
por toda la población, pero especialmente entre personal sanitario y pacientes,
de forma que aumente su interés e inquietud. Se pretende que la toma de
decisiones en las pruebas de imagen, decisión final del radiólogo, sea una
responsabilidad compartida, con optimización de los recursos disponibles y
adaptada a cada circunstancia y situación individual.
Este documento es abierto, debe ser activo
y dinámico, a disposición de todos los socios de la SERAM. Pretende
ser un punto de inicio para la creación de un documento que se actualice en función
de los avances y evidencias científicas. Debemos comprometernos a participar en
su desarrollo, con recopilación de nuevas recomendaciones que
puedan ir surgiendo y que, sumadas a las ya existentes, hagan de esta guía una
similar a las existentes en otras Sociedades Científicas.
Recomendaciones SERAM
Comisión de Asuntos Profesionales de la SERAM
2014, SERAM
De no hacer
Para médicos prescriptores, radiólogos y pacientes
Vale. Lo sé. Esta vez no he puesto nada de cabeza y cuello, pero de vez en cuando hay que variar de registro ¿no?.