Sí, mucho tiempo sin actualizar el blog. No sólo por las
vacaciones, sino porque en esta era de recortes, habían conseguido que también
nos recortaran la ilusión. Son insaciables y no pararán hasta conseguir que uno
de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo, sea privatizado en su
totalidad. Nosotros debemos impedirlo. Así que he reconsiderado mi actitud y
aquí me encuentro de nuevo con un nuevo caso de nuestra maravillosa,
espectacular y siempre asombrosa, subespecialidad radiológica de cabeza y
cuello. Esperemos que no nos la corten, la cabeza me refiero.
Se trata de una lesión que afecta al paladar duro, con
una clara captación del contraste y lo suficientemente agresiva para destruir
el hueso circundante.
En efecto, todo el mundo ya habrá adivinado que se trata
de un carcinoma mucoepidermoide de glándulas salivares.
Pero ¿cómo? ¿también hay glándulas en el paladar duro?
Sí. Son glándulas salivares menores.
El carcinoma mucoepidermoide es la neoplasia maligna más
frecuente de las glándulas salivares. El 70% se localizan en las glándulas
mayores, principalmente en parótida, y el resto en las glándulas menores, con
un 44% localizadas en el paladar duro.
Es un tumor que afecta a un amplio rango de edad, entre
la segunda y la octava década de la vida, con predominio en mujeres. Nuestro
caso es el de una paciente de 77 años (no nos íbamos a salir de los cánones).
Parece ser que existe
una relación etiológica con la radiación de baja dosis usada para tratar el
acné, por ejemplo. No se ha demostrado
dicho antecedente en nuestro caso.